Decolonizar en la teoría de Walter Mignolo es también decolonizar el vocabulario. Mignolo propone una “‘reconstrucción epistémico/estética’ de las esferas del conocer y el sentir en el vocabulario hegemónico moderno/colonial”. Es una reconstrucción epistémica que pretende no hablar con el idioma del colonizador. El vocabulario forma nuestros modelos mentales, es a través de él que sintetizamos nuestro conocimiento. Es el vocabulario, según Mignolo, el que controla. Nuestro conocimiento latinoamericano (gnosis) deviene así transmitido por vocablos de la colonialidad.
En Mignolo el primer paso para separarse de la colonialidad pareciera ser la reconfiguración o la reconstitución de los términos que se utilizan para estableces las teorías. Es por ello que cambia los términos que nacieron desde una raíz patriarcalista y que devienen en colonialidad u occidentalidad, por términos con significados análogos y en desuso, que tienen un origen diferente. Estos términos no dejan de ser vocablos de raíz griega, pero su importancia reside en la significación ulterior de los mismo y en desajuste con el dialogo colonial. Se trata de no hablar en términos de la colonialidad, sino crear o reconstituir el conocimiento a través de otros conceptos que no entren en el juego de la dominancia.
Este proceder parece aplicable cuando se trata de estudiar el arte o la estética latinoamericana en términos occidentales clasicistas. Esto es evidente en las periodizaciones que se utilizan para su estudio, siendo muchas veces confusas, y sobre todo incoherentes con ciertas etapas, ya que implican una cronología de “progreso”, cuando se sabe que muchas veces la concepción de progreso occidental produce el detrimento/minusvalía de las culturas.
Es también adecuado utilizar esta perspectiva, dada por la teoría del giro decolonial y por Walter Mignolo, cuando se pretende analizar con términos de estética occidental la estética precolombina o la estética actual latinoamericana. En este sentido es importante la salvedad del término “aesthesis” que hace Mignolo.
Otra manera de “optar por lo decolonial”, es reconstituir el sentir latinoamericano, la aesthesis, diferente a la percepción occidental. En este punto se trata, como explica Mignolo, de liberar la aesthesis, las sensaciones, decolonizar el privilegio del ojo como único sentir occidental dominante y reconstituir los sentires en relación al mundo, que es un tipo de relación no mediada por el ojo.
Mi pregunta en este punto es cómo se prescinde del vocabulario colonizador, como se reconstituye un vocabulario y conocimientos gnoseológico/aesthésico netamente latinoamericana luego de tantos siglos de colonialidad, luego de que muchas culturas encontraron un quiebre o una destrucción total, cómo se reconstituye a través de los fragmentos. Sin duda no es un camino fácil, pero seguramente pensar decolonialmente puede ser una opción viable para la revalorización y el acercamiento a las culturas de las que nos hemos alejado.