Realmente angustia ver que estamos dentro de una “matriz colonial del poder” , prisioneros de ella. No solo estamos prisioneros sino que estamos habitados por ella. No la miramos desde afuera. Casi todos tenemos ancestros europeos que nos hacen parte del colonialismo pero a la vez nacimos en estas tierras con una historia profunda , silenciada que merece ser revalorizada y contada desde la mirada latinoamericana. Debemos desobedecer epistemológicamente , como dice Mignolo. Debemos desaprender el discurso estético europeo para dar paso a la aesthesis latinoamericana, al sentir y pensar de este pueblo pacífico y dócil que se rindió ante sus vencedores para que ellos contaran su historia. Posteriormente las independencias de los países latinoamericanas nos liberaron del colonialismo, pero no de la colonialidad. Esta existe hasta la actualidad nublando nuestro juicio hacia lo que es nuestro, analizando nuestro arte, calificándolo con términos que no nos pertenecen.