Aca ofrezco otro casos:
El del recipiente está bueno para ejemplificar cómo los elementos formales "propios" de la cabeza, pueden adaptarse a la funcionalidad del objeto. También se muestra cómo el tratamiento es gráfico, de superficie y -sin embargo- dialoga de armónicamente con las tres dimensiones impuestas.
En este caso notamos como lo que se impone es la idea, la necesidad de representar la cabeza en tres dimensiones, con todas las "estilizaciones" y desplazamientos del modo naturalista de representación. Es evidente aqui el diálogo del arte cerámico con el género de la ilustración, por ejemplo...