Las producciones audiovisuales de ficción y de no ficción son una herencia importantísima y muy poco valorada. Son la prueba de nuestra memoria colectiva. Un testimonio artístico, sociológico e histórico imprescindible para la conservación de la memoria de la humanidad en general y de las sociedades donde fueron creados en particular. Reflejan la diversidad cultural, social y lingüística de nuestras comunidades y también nos permiten analizarlos desde múltiples enfoques siendo una fuente de información y consulta significativa para diferentes investigaciones.